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El aloe vera es una planta medicinal que proviene del continente africano.

Las primeras referencias sobre las propiedades terapéuticas del aloe vera aparecieron en la antigua Mesopotamia, hacia el año 2.200 a.C.

Pero su nombre, ‘aloe’ que significa ‘amargo’, es de origen árabe; pues fueron ellos quienes comercializaron el aloe vera y promovieron su cultivo por todo el planeta (año 1.200 a.C), convirtiéndola en una de las plantas medicinales más conocidas y utilizadas del mundo.

 

Aloe vera, una planta medicinal

 

De las más de 300 especies de aloe vera conocidas, sólo cuatro tienen propiedades terapéuticas de interés comercial: Aloe barbadensis Miller, Aloe perryi Baker, Aloe ferox y Aloe arborescens.

Entre ellas destaca el Aloe barbadensis Miller, cuyas hojas nos proporcionan dos sustancias:

  • Un gel transparente, o mucílago.
  • Un látex amarillo, situado entre la parte exterior de la hoja y su gel interior.

A partir de estas dos sustancias se consiguen tres productos terapéuticos:

  • El exudado seco: droga natural conocida por sus efectos catárticos y usada en bebidas alcohólicas o como laxante.
  • El mucílago: conocido como gel y usado como producto dermatológico o complemento dietético.
  • El aceite: extraído de fracciones lipídicas de sus hojas y usado especialmente por la industria cosmetológica.

 

Propiedades del aloe vera

 

Teniendo en cuenta su proporción, de entre los innumerables componentes del aloe vera los más importantes son: lignina, saponinas, antraquinonas, minerales, mono y polisacáridos, aminoácidos esenciales y secundarios, enzimas, taninos y esteroides.

Gracias a estos componentes, el aloe vera adquiere propiedades medicinales: hidratantes, tonificantes, emolientes, cicatrizantes, desinfectantes, antiinflamatorias, astringentes, antialérgicas, antifúngicas, coleréticas, coagulantes, laxantes y purgantes.

Si tenemos en cuenta todas sus propiedades, las posibles aplicaciones terapéuticas del aloe vera son múltiples: abscesos, acidez de estómago, acné, acné rosáceo, actinomicosis, flatulencias, agotamiento nervioso, alergias y picazón, alopecia, amigdalitis, ampollas, anemia, angina de pecho, para favorecer el apetito, para las arritmias cardíacas, las arrugas, arteriosclerosis, artritis gotosa, artritis reumatoide, artrosis, asma, inflamaciones de la boca o estomatitis, bronquitis, cáncer, candidiasis vaginal, cardiopatías coronarias, desequilibrios gástricos, caspa, cataratas, catarro, cicatrización de heridas, cistitis, colitis, como complemento vitamínico, para los efectos de la congelación, la conjuntivitis, colesterol, la sequedad y picor del cuero cabelludo, el cuidado e irritación de la piel, psoriasis, quemaduras, inflamación de la córnea, regeneración celular, para activar el sistema inmunológico, rinitis, VIH, sabañones, salmonelosis, sarro, seborrea, para reducir el dolor e hinchazón de trastornos musculares, para dolores menstruales, varices, úlcera duodenal, urticaria, varicela o para desinfectar .

 

Productos elaborados con aloe vera

 

Hay muchas discrepancias, entre científicos y profesionales sanitarios, sobre la eficacia del aloe vera en todas las aplicaciones anteriormente citadas. Pero sus propiedades hidratantes y cicatrizantes, así como su rendimiento como planta medicinal en el tratamiento de afecciones dermatológicas, son mundialmente reconocidas.

En cuanto a los formatos de venta libre en farmacias, podemos encontrar:

  • Cremas: hidratantes, tonificantes, cicatrizantes, astringentes, antifúngicas, antiinflamatorias y antialérgicas.
  • Geles: desinfectantes, tonificantes, astringentes, antialérgicos, emolientes y antifúngicos.
  • Champús: antifúngicos, hidratantes, astringentes, antialérgicos, antinflamatorios y tonificantes.
  • Complementos alimenticios, zumos, infusiones: astringentes, antifúngicos, laxantes, purgantes, coagulantes y coleréticos.
  • Cosmética: antienvejecimiento, antiarrugas, para producir colágeno, para eliminar manchas o para estimular la regeneración celular.

 

Contraindicaciones del aloe vera

 

Aunque el gel extraído de sus hojas es seguro y eficaz, si se aplica adecuadamente, a la hora de usar plantas medicinales con fines terapéuticos debemos ser prudentes y pedir orientación a un profesional en fitoterapia o farmacognosia.

El látex amarillo del aloe vera contiene sustancias químicas nocivas para la salud que, según las Autoridades Europeas de Seguridad Alimentaria (EFSA), podrían provocar cáncer, dañar nuestro ADN e incluso causar la muerte.

Las contraindicaciones del aloe vera recaen, principalmente, en el formato consumible del mucílago, no pudiendo ingerir aloe vera los siguientes grupos:

  • Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
  • Personas con trastornos intestinales.
  • Diabéticos.
  • Menores de doce años.
  • Alérgicos al aloe vera, que tampoco podrán usarlo vía tópica.

La ingesta de aloe vera puede reducir la capacidad del organismo para absorber medicamentos, pudiendo causar interacción con los siguientes fármacos: anticoagulantes y medicamentos antiagregantes plaquetarios, medicamentos herbarios y suplementos, digoxina, medicamentos para la diabetes, sevoflurano, laxantes estimulantes, warfarina y diuréticos.

La mejor decisión es siempre preguntar al farmacéutico por la alternativa de aloe vera más apropiada para nuestra dolencia, tanto en relación al formato como a las cantidades adecuadas, su frecuencia o el método correcto de conservación del producto.